miércoles, 28 de noviembre de 2018

DIGNIDAD




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No hay humanidad sin dignidad...

La dignidad es consustancial al ser humano,  por el simple hecho de serlo. 

Es una cualidad que rechaza la humillación y la degradación, porque se basa en el respeto hacia si mismo y los demás.

Nada más repulsivo para las oligarquías y las burguesías que dicha cualidad. 

Sencillamente porque quien es digno o digna realmente, es inmune al chantaje, la extorsión, sobornos o cualquier tipo de corrupción, así como a los venenos que típicamente utiliza la derecha para reclutar a sus cipayos y marionetas,  como el consumismo, el amor al dinero fácil y  necesidades inducidas,  todas basadas en la vida superflua y viciosa que promueve el capitalismo, para que finalmente agredan a sus pueblos,  incurriendo en la más asquerosa actitud apátrida. 

Por ser dignos somos odiados... 

Por no ceder a los deseos imperialistas somos vilipendiados. 

Defendemos el derecho a ser libres y soberanos, eso no lo tolera la derecha internacional.

El odio ha sido depurado, idealizado y hasta justificado, por quienes miran en la hegemonía global "la solución final", muy al estilo Hitleriano que está en boga actualmente en predios Europeos, donde, el neonazismo se propaga sin control como una pandemia. 

El odio de clases está más vigente que nunca a nivel global, utilizando como banderas el racismo, la xenofobia y asqueantes conductas conservadoras desfasadas de  la actualidad. 

Nuestra Patria Grande no escapa a dicha realidad, día a día la sufrimos en carne propia,  femicidios, ataques a la libertad de expresión, conculcación de los derechos económicos adquiridos para hacer más rico al rico y más pobre al pobre, además de eso, en muchos sitios secuestran el derecho a elegir como sucedió en Brasil, donde encarcelaron ilegalmente a Lula para invalidarlo electoralmente, y así,  dejarle el paso libre a la ultraderecha. 

Aparentemente el camino se observa limpio y franco para que el fascismo se apodere de lo que nos pertenece, incluyendo nuestras vidas. Sus acciones serán precisamente la causa de su caída, porque los pueblos, observan, sufren, recuerdan y comparan, gracias a eso sus acciones de odio se revertirán en corto plazo, ya está sucediendo en la hermana patria Argentina, donde la gran mayoría que apoyo electoralmente a la derecha está arrepentida.

Ya sucedió en México, donde al fin el pueblo comprendió que jamás serán dignos y soberanos con gobiernos de derecha arrodillados ante sus vecinos imperiales. El detalle está en que sepan defender su decisión, es decir, su dignidad, porque las presiones de sus vecinos serán inimaginables para que el gobierno naciente de López Obrador se someta a los designios y caprichos imperiales.

El punto de este artículo,  está en que la dignidad debe ser el alfa y el omega, es decir, el principio y el fin de nuestra lucha si deseamos ser realmente libres y soberanos, venciendo en esta guerra donde el odio se viste de seda y se enmascara a través de transnacionales como Hollywood, que alienan mentes vendiendo el tristemente celebre "sueño americano".

La lucha debe basarse y orientarse en evitar que más personas sean engañadas, manipuladas y alienadas,  mediante la inoculación de odio para que al final apoyen a sus verdugos, ya basta de que inocentes convertidos en desclasados piensen que al apoyar a la burguesía, serán acogidos en su seno,  y que así, formaran parte de ellos.

¡La burguesía y la oligarquía, solo saben de odio. Eso debe quedar claro!

Nada más triste que observar a un pobre apoyando a un rico, no es por resentimiento o complejo, es porque el rico basa su pensamiento en la exclusión y la xenofobia que le dictan la egoísta necesidad de proteger sus propiedades e intereses, por lo cual, siempre utilizarán a los pobres como a un Condón, el cual desecharán cuando ya no les sea útil.

Basta de que los humildes renieguen de si mismos, apoyando a sus verdugos a cambio de limosnas, dadivas y ofrecimientos de bienestar que jamás llegarán de manos de quienes solo saben de odio, injusticias y maldad.

Esto no es apología al odio,  pero,  para la burguesía, los pobres, humildes y vulnerables,  son eso y nada más, y por tanto, son utilizables, intercambiables y desechables si la situación lo amerita, obviando su condición de seres humanos con derechos idénticos al oligarca más encumbrado que podamos imaginar.

La igualdad es algo que la derecha desconoce, y por ende, la rechaza fervientemente, por eso los pobres son para ellos masas incultas, peligrosas y mal olientes que deben ser apartadas o relegadas, esta actitud es basada en la xenofobia que "corre por sus venas", y que da pie a barbaridades como las muertes de emigrantes que huyen del terror en el Mediterráneo, la realidad Palestina martirizada por el sionismo,  y aquí en nuestro continente,  la realidad en la frontera entre México y EEUU. Donde miles de latinos son tratados como escoria por simplemente desear un futuro mejor.

Concluyendo,  se debe comprender e internalizar que la dignidad es básica, gracias a ella regresará el año que viene Cristina en Argentina, se mantendrá López Obrador en la presidencia mexicana, gobernando para su pueblo y no para la burguesía o el imperialismo como en el pasado. Gracias a la dignidad defenderemos a nuestro glorioso gobierno revolucionario que entra en funciones el próximo 10 de enero, aquí en la República Bolivariana de Venezuela, con nuestro presidente reelegido democráticamente,  Nicolás Maduro.

La dignidad es el arma con la que seremos libres, porque gracias a ella encontraremos la fuerza, la moral y la voluntad para vencer al odio.

Inclusive la dignidad es la que sacará más temprano que tarde a países hermanos como Colombia y Brasil del terror que les espera,  gracias a las malas decisiones de sus pueblos.

¡Un abrazo donde sea que se encuentren!

¡Seamos dignos y útiles para nuestros pueblos y la humanidad!

¡VENCEREMOS!



David  C.

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