viernes, 24 de febrero de 2023

AMA

 


Tiempo sin escribir 
Tiempo sin compartir 
Los días pasan 
Cada uno más veloz que el otro 
Cada uno más estresante que el otro 
Pero aquí seguimos 
Porque como dice Cristina 
La patria es el otro... 


Desde la última vez que escribí, muchas cosas han ocurrido a nivel global...

Lamentablemente, nada bueno, nada que resaltar para celebrar o festejar... 

Seguimos rumbo al despeñadero en que las élites globales se empeñan en llevarnos, debido a sus ansias de poder, las cuales son más poderosas que el sentido común y la conciencia que debería reinar en quienes se dicen líderes mundiales. 

Quizás mis palabras suenen pesimistas, pero no se puede esconder el sol con un dedo y la guerra global cada día está más cerca y es más probable, lamentablemente el modernismo, la tecnología y el desarrollo, no han servido de mucho para alcanzar un estado de conciencia que frene la locura y el afán de destruirnos los unos a los otros en pos del poder. 

Es así como vemos el armamentismo creciente, el injerencismos rampante y campante, junto a las alianzas de bloques poderosos  que se amenazan, sin importar la destrucción y las vidas inocentes que se puedan perder gracias a sus acciones diseñadas y planeadas estratégicamente para causar el mayor daño posible en el contrario. 

Mientras tanto, los pueblos humildes, quienes no tienen voz ni voto en tales decisiones, solo pueden observar con resignación y profunda impotencia, como el mundo marcha a su destrucción, siendo estos pueblos los que siempre llevarán la mayor carga y sufrimiento por los daños "colaterales" que dichas pugnas ocasionen.  

Desde esta ventana que siempre estará abierta al humanismo, la justicia social, el amor y la verdad, se hace un llamado urgente a los líderes mundiales para que prive la sensatez y secén los odios entre hermanos y hermanas, porque todos formamos parte de un único hogar al que llamamos tierra y el cual debemos preservar y compartir sin mezquindades ni egoísmos. 

El respeto al derecho ajeno debe prevalecer, siempre y cuando ese derecho no afecte a otros, las imposiciones para que se adopten ideologías, creencias, costumbres y formas de vida diferentes a las propias o individualmente decididas, deben cesar. 

Cada quien debe ser libre para vivir como desee, repito, respetando el derecho ajeno y compartiendo lo que sencillamente es de todos como el medio ambiente, destacando, el aire, agua y alimentos que de manera natural y sin egoísmo nos brinda la naturaleza. 

Basta de injerencismos e imposiciones de quienes circunstancialmente son más poderosos porque tienen mayor poder económico o armamentístico, pero nada de humanismo ni solidaridad. 

La hipocresía de quienes se aferran a conceptos como democracia, libertad y patriotismo para justificar y/o enmascarar su xenofobia, racismo, egoísmo y hasta nazismo, debe desaparecer porque si no, será la humanidad la que desaparecerá. 

Mi llamado es al amor, la solidaridad y la comprensión como armas infalibles en estos tiempos en los que los tambores de guerra suenan en todos lados y el poder para destruir nuestro hermoso planeta azul ya no está en manos de unos pocos. 

Un abrazo solidario y revolucionario donde sea que estés tú,  a quien agradezco profundamente por leerme y por quizás hacerte solidario o solidaria  con estas reflexiones que son un llamado a la vida, la paz y el amor. 

¡Carajo, hagamos el amor, no la guerra! 


Quien ama 
No daña 
No engaña 
Ojalá seas tú 
Uno de esos o esas 
Que por la vida lucha 
Que junto a millones 
La paz y dignidad reclama 
Por eso, aunque el futuro parezca tenebroso 
¡Vive, has el bien y ama!


David C.