La vida es una eterna contradicción....
La mente humana es muestra palpable de la misma....
Nuestra mente es diseñadora de prodigios artísticos, culturales, científicos y humanos, que dan forma a inimaginables bellezas y actitudes conmovedoras capaces de activar los sentimientos y las conciencias de personas frías y aparentemente, insensibles.
Contradictoriamente esa misma mente prodigiosa que nos hace conocer el amor en sus muy variadas y diferentes facetas, puede y es creadora en muchas ocasiones de aberraciones dantescas capaces de sembrar el dolor y el odio de manera inimaginable.
Nuestra mente puede encerrar actitudes y aptitudes para la poesía, la música, el amor, la filosofía y las ciencias, pero también para la envidia, el egoísmo, la maldad, el racismo, la xenofobia, la misoginia y la homofobia. La cual nos ocupará en este artículo.
En este mundo aparentemente "libre", aún persisten tabúes que llevan a las sombras y al ostracismo temas como el de la diversidad sexual, más aún, si quienes tocan dicho tema son personas heterosexuales como este servidor que les escribe.
El hombre o mujer que obvie tocar el tema de la homosexualidad por temor a ser encasillado erróneamente en estos grupos sociales, es sencillamente un temeroso de la realidad, está atrapado por tabúes o perversiones mentales, y cada vez que incurre en dicha actitud, le da una cachetada a la razón y la dignidad de quienes si pertenecen a alguna arista dentro del amplio mundo de la diversidad sexual.
Comenzaré por afirmar que cada ser humano es actor, hacedor y cuidador de su propia vida, y por tanto, dueño indiscutible de vivir como lo desee y con quien desee, con la única limitante de mantener el respeto al derecho ajeno que es precisamente, el mismo derecho que nos asiste a todos independientemente de la tendencia sexual, política, filosófica o religiosa con la que decidamos vivir.
Este artículo está inspirado en la asquerosa tendencia de la ultraderecha, grupos conservadores y clericales que desean vivir exclusivamente con su "verdad" imponiéndola ante tirios y troyanos, obviando el más mínimo respeto al disenso y la libertad (personalísima) a decidir como vivir, que posee cada quien, y donde el homosexualismo y las diferentes tendencias sexodiversas, son vistas como un "pecado" digno del castigo más severo y ejemplar.
La ultraderecha es una plaga que se convirtió en pandemia que recorre Europa, ahora amenaza nuestro continente, ya tenemos el ejemplo de Brasil, donde la ultraderecha alcanzó el gobierno lamentablemente, gracias a las mentiras y manipulaciones que neutizaron a toda una nación, llevándola a favorecer con el voto a quienes indiscutiblemente serán sus verdugos.
Ultraderecha es sinónimo de odio, machismo, misoginia, homofobia, aporofobia y xenofobia exacerbada, ---entre otras perversiones---, como prueba, están las conductas de los neonazis que son la antítesis del humanismo, el amor y la dignidad.
El punto está en que todos quienes amamos la libertad, debemos remar en un solo sentido pertenezcamos o no, al movimiento sexodiverso, y defender su derecho a existir y ser felices, sin ninguna condición o limitante, porque sencillamente cada quien es dueño de su vida, y por tanto, de sus sentimientos y su cuerpo.
Nadie es mejor que nadie, dependiendo de su tendencia sexual, quien es bueno, lo es como sea y donde sea, e igualmente quien es malo, lo es donde sea y como sea, independientemente de los estímulos externos que moldeen su personalidad.
Quien alardee de ser "culto y moderno" pero evite tocar el tema de la homofobia en público o peor aún, se ria o celebre públicamente un "chiste" claramente homofóbico, es sencillamente un o una hipócrita de la A hasta la Z y tiene graves perturbaciones conductuales en su psique.
Quienes amamos y defendemos las libertades individuales y colectivas, quienes hacemos de la inclusión y la igualdad una bandera permanente de lucha, no podemos obviar los derechos de quienes han decidido vivir de manera "no convencional" y "diferente" como algunas personas se refieren ---erradamente---, a la forma de vida de las comunidades o grupos sexodiversos.
No hay nada de "diferente" en decidir vivir como se desea, y no como las sociedades desean.....
En todo caso, los "diferentes" son quienes haciendo gala de su egoísmo e incultura, se atreven a juzgar y criticar a quienes gracias a su valentía y personalidad definida, libre de hipocresías, se atrevieron a ir contra sociedades castradoras, llenas de temores, convencionalismos y tabúes, que promueven la esclavitud sexual y moral, porque quien no logra vivir ni ser quien desea en lo personal, emocional y sexual, es sencillamente un esclavo o esclava de si mismo.
Quienes atacan con mayor radicalidad a los grupos sexodiversos, son personas frustradas que en muchas ocasiones poseen tendencias sexuales diferentes a las que defienden, pero su cobardía les dicta que deben atacar para ocultar su realidad interna. No son pocas las personas así, y es muy lamentable que ocurran dichas distorsiones de personalidad.
Quienes amamos la libertad, lo humano y lo natural, debemos unirnos y tener claro que nadie es quien para juzgar a nadie, motivado a su conducta personal, y a la forma en que decide conducir su vida, al menos que dicha conducta afecte la vida de otros sin su consentimiento.
Un abrazo a todas y recuerden que para exigir respeto es primordial ofrecerlo y brindarlo. Luchemos por el derecho de cada quien a vivir como desee.
La homofobia y la sexodiversidad, no deben ser tema tabú. Es simplemente un tema parte de la vida misma que merece respeto, atención y estudio, para que nadie se sienta con derecho a limitar o denigrar del derecho que tienen los seres humanos a vivir como deseen procurando su personalísima felicidad.
Un abrazo navideño y no permitan que el odio, los falsos moralismos y tabúes, se adueñen de sus mentes y corazones.
David C.
En este mundo aparentemente "libre", aún persisten tabúes que llevan a las sombras y al ostracismo temas como el de la diversidad sexual, más aún, si quienes tocan dicho tema son personas heterosexuales como este servidor que les escribe.
El hombre o mujer que obvie tocar el tema de la homosexualidad por temor a ser encasillado erróneamente en estos grupos sociales, es sencillamente un temeroso de la realidad, está atrapado por tabúes o perversiones mentales, y cada vez que incurre en dicha actitud, le da una cachetada a la razón y la dignidad de quienes si pertenecen a alguna arista dentro del amplio mundo de la diversidad sexual.
Comenzaré por afirmar que cada ser humano es actor, hacedor y cuidador de su propia vida, y por tanto, dueño indiscutible de vivir como lo desee y con quien desee, con la única limitante de mantener el respeto al derecho ajeno que es precisamente, el mismo derecho que nos asiste a todos independientemente de la tendencia sexual, política, filosófica o religiosa con la que decidamos vivir.
Este artículo está inspirado en la asquerosa tendencia de la ultraderecha, grupos conservadores y clericales que desean vivir exclusivamente con su "verdad" imponiéndola ante tirios y troyanos, obviando el más mínimo respeto al disenso y la libertad (personalísima) a decidir como vivir, que posee cada quien, y donde el homosexualismo y las diferentes tendencias sexodiversas, son vistas como un "pecado" digno del castigo más severo y ejemplar.
La ultraderecha es una plaga que se convirtió en pandemia que recorre Europa, ahora amenaza nuestro continente, ya tenemos el ejemplo de Brasil, donde la ultraderecha alcanzó el gobierno lamentablemente, gracias a las mentiras y manipulaciones que neutizaron a toda una nación, llevándola a favorecer con el voto a quienes indiscutiblemente serán sus verdugos.
Ultraderecha es sinónimo de odio, machismo, misoginia, homofobia, aporofobia y xenofobia exacerbada, ---entre otras perversiones---, como prueba, están las conductas de los neonazis que son la antítesis del humanismo, el amor y la dignidad.
El punto está en que todos quienes amamos la libertad, debemos remar en un solo sentido pertenezcamos o no, al movimiento sexodiverso, y defender su derecho a existir y ser felices, sin ninguna condición o limitante, porque sencillamente cada quien es dueño de su vida, y por tanto, de sus sentimientos y su cuerpo.
Nadie es mejor que nadie, dependiendo de su tendencia sexual, quien es bueno, lo es como sea y donde sea, e igualmente quien es malo, lo es donde sea y como sea, independientemente de los estímulos externos que moldeen su personalidad.
Quien alardee de ser "culto y moderno" pero evite tocar el tema de la homofobia en público o peor aún, se ria o celebre públicamente un "chiste" claramente homofóbico, es sencillamente un o una hipócrita de la A hasta la Z y tiene graves perturbaciones conductuales en su psique.
Quienes amamos y defendemos las libertades individuales y colectivas, quienes hacemos de la inclusión y la igualdad una bandera permanente de lucha, no podemos obviar los derechos de quienes han decidido vivir de manera "no convencional" y "diferente" como algunas personas se refieren ---erradamente---, a la forma de vida de las comunidades o grupos sexodiversos.
No hay nada de "diferente" en decidir vivir como se desea, y no como las sociedades desean.....
En todo caso, los "diferentes" son quienes haciendo gala de su egoísmo e incultura, se atreven a juzgar y criticar a quienes gracias a su valentía y personalidad definida, libre de hipocresías, se atrevieron a ir contra sociedades castradoras, llenas de temores, convencionalismos y tabúes, que promueven la esclavitud sexual y moral, porque quien no logra vivir ni ser quien desea en lo personal, emocional y sexual, es sencillamente un esclavo o esclava de si mismo.
Quienes atacan con mayor radicalidad a los grupos sexodiversos, son personas frustradas que en muchas ocasiones poseen tendencias sexuales diferentes a las que defienden, pero su cobardía les dicta que deben atacar para ocultar su realidad interna. No son pocas las personas así, y es muy lamentable que ocurran dichas distorsiones de personalidad.
Quienes amamos la libertad, lo humano y lo natural, debemos unirnos y tener claro que nadie es quien para juzgar a nadie, motivado a su conducta personal, y a la forma en que decide conducir su vida, al menos que dicha conducta afecte la vida de otros sin su consentimiento.
Un abrazo a todas y recuerden que para exigir respeto es primordial ofrecerlo y brindarlo. Luchemos por el derecho de cada quien a vivir como desee.
La homofobia y la sexodiversidad, no deben ser tema tabú. Es simplemente un tema parte de la vida misma que merece respeto, atención y estudio, para que nadie se sienta con derecho a limitar o denigrar del derecho que tienen los seres humanos a vivir como deseen procurando su personalísima felicidad.
Un abrazo navideño y no permitan que el odio, los falsos moralismos y tabúes, se adueñen de sus mentes y corazones.
David C.