La vida está hecha de ellas...
Pequeñeces que hacen la diferencia....
Sutilezas que transforman realidades....
Pequeñas grandes cosas....
El amor es lo más grande y poderoso.
El mundo se desenvuelve y reacciona dependiendo de su presencia o ausencia....
Siendo tan grande y poderoso, sin embargo, se alimenta de pequeñas cosas, sublimes pero necesarias....
En este mundo vertiginoso y cambiante, donde no hay distancias, el tiempo es relativo y la tecnología lo abarca todo, las PEQUEÑAS COSAS se minimizan e invisibilizan.
Las PEQUEÑAS COSAS se originan en el hogar, de ellas dependerá la solides moral, social y cultural de las futuras generaciones. Debido a ello, ustedes las mujeres, como líderes de familias consolidadas o no, tienen una responsabilidad primordial en lo que será o dejará de ser, nuestro planeta en el futuro...
Esta última reflexión me recuerda a un documental donde se mostraba la vida de los Elefantes en África y su eterna lucha por la sobrevivencia en busca de alimentos, agua y seguridad, en las inmensas llanuras que conforman su hábitat. Toda la familia era dirigida por la experiencia y memoria de la Matriarca, es decir; la Elefante de mayor edad y experiencia, la cual los conducía a los mejores pastizales y sitios donde tomar agua fresca, aún en las sequías más intensas.
La mujer actual no está, ni debe estar, limitada solo al cuido y orientación de la familia como la Elefanta a la suya, la mujer actual, es y debe ser, un ser humano activo en todos los campos y ámbitos del que hacer laboral, deportivo y cultural a nivel mundial, en igualdad de condiciones y derechos que el hombre. Pero, su rol de madre, orientadora, facilitadora y hasta "resolvedora" de diferencias y conflictos intra familiares, sea en familias con apoyo y presencia del padre, o en familias donde la madre ejerce funciones de padre, se mantiene indemne, y hoy más que nunca, dicho rol es básico y necesario.
En la actualidad, los medios de comunicación y propaganda de la derecha ---que no son pocos---, inoculan en la psique de nuestros hijos e hijas información tergiversada, manipulada, para que adopten actitudes malignas como el egoísmo, la exclusión, el racismo y el capitalismo, de modo que dichas actitudes, sean vistas como normales y hasta necesarias, para el desenvolvimiento correcto de nuestras sociedades.
En este punto, es que las PEQUEÑAS COSAS entran en juego, y que mejor que ustedes con su don de madres para impartirlas...
Nadie como la madre, para inculcarle al niño o niña desde la primera infancia:
- El amor y respeto por la naturaleza y todo lo vivo que existe y nos rodea.
- La importancia de compartir y convivir en armonía con nuestros semejantes y vecinos.
- El respeto y la tolerancia a la opinión ajena así como a las diferentes culturas.
- El valor de la honradez y la sencillez como atributos primordiales de todo ser humano.
- El placer de poder servir y ayudar a nuestros semejantes.
- El rechazo a toda forma de exclusión por genero, raza, credo, religión u orientación sexual.
- El amor al estudio como herramienta emancipadora y destructora de falsos modelos.
- El patriotismo como escudo ante todo intento de dominación extranjera.
- El valor de la verdad y la sinceridad como actitud y modelo a seguir en la vida.
- El rechazo a lo superfluo, al oportunismo y los vicios que genera el capitalismo.
- La importancia de vivir en comunión integrados en este, nuestro único hogar al que llamamos tierra, y al que debemos proteger si deseamos continuar existiendo como raza, junto a todo lo vivo que comparte con nosotros este mínimo pero hermoso espacio dentro del universo.
Pequeñas grandes cosas...
Les reitero, nadie mejor que ustedes para inculcarles la verdad y el amor, inclusive desde que el hijo o hija está en el vientre. Esto de ninguna manera implica que el hombre no tenga responsabilidad en la enseñanza e internacionalización de estas actitudes, solo que por el vinculo psico-afectivo que se origina en el vientre y continua durante la lactancia materna y hasta la adolescencia, su activa participación es invaluable para la adopción de actitudes y conductas perdurables durante toda la vida.
La madre es el medio ideal para formar al hombre y mujer nueva, "vacunados" contra las bajas pasiones y horrores que el imperialismo a través del capitalismo inocula subliminalmente en las mentes de nuestros hijos, para hacerlos dependientes y amantes del oprobio y la sin razón.
Si queremos seres dignos, combatientes, y defensores de sus derechos y su país, debemos comenzar por su formación en casa, si no lo hacemos, otros lo harán por nosotros, y les garantizo que no será para bien.
Si tenemos hijos e hijas bien formados, le será imposible al imperialismo y la derecha mundial penetrar y debilitar nuestra unidad como naciones dignas y soberanas que conformamos la Patria Grande y más allá.
Una vez más, ustedes quienes han sido formadas por la naturaleza para lo digno, lo sublime y lo hermoso, están en la primera línea de batalla frente a ese monstruo de mil cabezas que nos acedia pero que jamás nos vencerá...
Por eso una y mil veces, gritaré a los cuatro vientos:
¡VIVAN LAS MUJERES CARAJO!
Mujer formadora
Mujer luchadora
Tu que das vida
Mujer trabajadora
En ti confío
Mujer soñadora
Porque gracias a ti
Un mundo mejor
Vendrá ahora
Donde no exista maldad
Ni el fascismo que hay ahora
Porque tu eres amor
Mujer que me lees ahora
Por eso sigue adelante
Porque cada vez son más
Las que luchan como tú
Ahora....
Un abrazo donde sea que se encuentren y recuerden que no están solas....
Más temprano que tarde volverá la luz y las sombras desaparecerán....
Pero para que eso ocurra, debemos trabajar unidos sin descanso como uno o una sola.....
Recuerden, todo está en las PEQUEÑAS COSAS....
David C.