lunes, 18 de diciembre de 2023

LA VIDA

 


Todo tiene su final. 

Este año,  por suerte, está llegando a su conclusión. 

Muchas cosas quedan pendientes, otras lamentablemente están comenzando y no son agradables. 

El mundo está, cada día más loco, más inestable y con más interrogantes que certezas. 

Las incongruencias, la realidad ilógica, la soberbia de tantas personas, tiñe el panorama mundial con un manto gris ineludible que nos lleva a pensar que no es real lo que sucede diariamente a nivel mundial. 

Mi filosofía de vida está basada en que: "Al mal tiempo buena cara".  

"No hay que preocuparse, sino ocuparse de los problemas"

Solo que en muchas ocasiones la solución no está en nuestras manos y la impotencia, envenena el alma. 

Sé que me lees y sientes la misma impotencia, más aún cuando la solución a tantos problemas es tan obvia y está o estuvo tan cerca de alcanzarse, sin tantos traumas.

Estoy hablando desde lo que sucede en Argentina, hasta lo que sucede en Palestina o en Ucrania, ahora está la amenaza de guerra en el mar rojo, una amenaza real y más poderosa que las anteriores. 

En medio de todo esto, está usted, estoy yo y con nosotros, miles de millones de inocentes que solo quieren paz y una vida digna. 

Por eso les hablaba del sentimiento de impotencia que todo lo envenena. 

Lo envenena porque es el caldo de cultivo para sentimientos nefastos como el odio, la envidia y la maldad que envilece los corazones, haciendo que cometamos errores, como muchos lo hicieron al votar por la derecha en Argentina. 

Eso, aunque doloroso, es solo un punto negativo entre tantos visibles a simple vista en la realidad mundial. 

El peligro que enfrentamos ante una guerra nuclear es inminente y, solo basta que alguien se equivoque deliberadamente o no,  tocando un botón, para disparar el inicio del fin del mundo y no exagero. 

Es sencillo, la continuidad de la vida en la tierra depende de que nadie se equivoque en este juego de estrategias geopolíticas y peor aún, que las armas no caigan en manos de fanáticos, que lo único que desean es ver arder al mundo. 

Era básico que el fanatismo religioso no alcanzara el poder nuclear,  ya es tarde para eso... 

Nuevamente, la impotencia de quienes estamos en medio de tantos conflictos religiosos,  intereses económicos  y actitudes tanto xenófobas como clasistas, sumando ahora el renacimiento del nazismo.

Aun así la vida continua y sigue siendo bella, aunque no lo parezca y tengamos sobradas razones para dudarlo y hasta negarlo. Debemos vivir.

¡Repito, aun así debemos vivir!

Es nuestra razón de ser, para eso nacimos, que nada ni nadie corte nuestras alas, que la verdad, la empatía, la solidaridad y el amor, sean siempre nuestras banderas.

 Aunque estemos al borde del abismo, siempre habrá oportunidad para que un mundo mejor sea posible y usted que me lee estará allí, gracias a su sacrificio, valentía y amor por el próximo. 

Disculpen si mi reflexión es un tanto pesimista, pero solo estoy contextualizando la realidad internacional. 

Esto no significa que mañana no saldrá el sol, no significa que en este preciso momento, un niño hermoso no  esté naciendo, que algún bosque esté floreciendo o que una pareja está teniendo un sublime orgasmo, como dije;  En este preciso momento en algún lugar. 

Eso es la vida, es lo bonito, lo glorioso, lo hermoso. 

Sigamos adelante con honor, valentía y dignidad. 

Estamos vivos, sigamos vivos y hagamos que otros, también amen la vida... 


David C.

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