Muchas veces he afirmado que la realidad es intragable, inaceptable...
Pero es la realidad...
Que Macri este libre, que el imperialismo continúe secuestrando personas dignas como Alex Saab y ejerciendo como policía del mundo aplicando bloqueos y guerra económica como lo hace contra Nicaragua, Cuba y Venezuela ante los ojos del mundo, sin que nada pase, es una bofetada al derecho internacional y la dignidad de nuestros pueblos que solo desean justicia y paz.
La realidad es que el capitalismo con su rémora de individualismo, egoísmo, maldad, vicios y fascismo recorre libremente nuestro maltratado planeta aunque tirios y troyanos saben que es inviable desde el punto de vista humano, económico, político y social.
La realidad es que la misoginia, homofobia, racismo y la xenofobia lejos de disminuir aumentan, hasta el punto de convertirse en modelos a seguir entre no pocos grupos humanos y regiones de nuestro planeta.
La realidad es que las transnacionales farmacéuticas juegan al caos sanitario internacional especialmente ahora con la pandemia por Covid 19 para obtener ganancias que jamás imaginaron.
El cambio climático se hace palpable cada día a través de los evidentes fenómenos naturales que sacuden nuestro maltratado planeta azul sin que nadie haga nada contra los países y empresas que más contaminan porque sencillamente no le conviene a los intereses económicos internacionales, esa es la realidad.
La realidad es que aceleradamente avanzamos al abismo como raza una humana que lo tuvo todo para ser feliz y se empeñó en solo destruir gracias a su propia codicia y maldad.
Nuestra realidad parece una película de terror, pero no hay otra.
Este artículo no persigue estresarte o deprimirte...
Solo busca que abras los ojos y reacciones ante el desastre mundial que se encuentra en pleno desarrollo y lucha para que muy pronto seamos un mal recuerdo de lo que no debió ser.
¡La conducta a seguir no debe ser la del avestruz de esconder la cabeza ante el peligro!
Hoy más que nunca y aunque sea una consigna trillada y repetitiva debemos permanecer unidos, organizados y con la vista clara en el objetivo que no debe ser otro que la defensa de nuestros pueblos y naciones.
Nuestra idiosincrasia, nuestros valores, soberanía, libertad y dignidad no son negociables bajo ninguna circunstancia y aunque el enemigo sea muy poderoso debemos resistir, batallar y vencer.
Usted dirá: ¿Para qué o por qué resistir y batallar?
Porque si no en un futuro cercano, seremos poco menos que esclavos de poderosos o en el mejor de los casos "vasallos" de los mismos, no exagero ni dramatizo, precisamente porque muchos dudan de esa realidad es que hemos avanzado tanto en pos de nuestra autodestrucción.
Quien piense que en el imperialismo y el capitalismo está la solución es como el que piensa que durmiendo en una jaula junto a un león estará más seguro porque el león lo cuidará.
Debe internalizarse que el imperialismo y sus aliados miran a nuestros pueblos y naciones como inferiores y por tanto, no dignas de un trato igualitario porque sencillamente necesitan sirvientes y recursos naturales (que nos roban o confiscan) para continuar su vida superflua llena de vicios y lujos.
Existen desclasados y desclasadas que piensan que si aceptan las condiciones que impone el imperialismo no sufrirán ni serán afectadas, sencillamente el imperialismo los y las utilizará cuál condones y los desechará como tales cuando mejor le parezca.
¡Si nos unimos venceremos aunque obviamente, no será fácil, pero nada bueno llega de esa manera!
Si no alcanzamos la victoria al menos lucharemos por ella, recuerden:
¡Siempre será mejor morir de pie luchando que de rodillas implorando!
La realidad puede ser de luz, paz, amor y dignidad, solo tienes que desearlo lo suficiente para luchar por ella y alcanzarla...
Hoy más que nunca está en vigencia la consigna de nuestro comandante eterno Hugo Chávez:
¡Unidad, lucha, batalla y victoria!
Un abrazo donde sea que estés y medítalo, estos son tiempos de definiciones...
David C.