¿Quién no ha tenido dicha sensación?
La constancia hace la diferencia...
Porque la indiferencia es peor que la impaciencia...
En estos días en los que hemos perdido amigos, conocidos y familiares, días en los que la paranoia y el miedo por el Covid 19 es lo cotidiano y la economía se contrae hasta casi ahogarnos moral y psicológicamente, la vida continúa.
Precisamente la vida está hecha de pequeños detalles, los cuales muchas veces pasan inadvertidos ante el maremágnum de acontecimientos y situaciones estresantes que conforman nuestra actualidad.
Si actuamos con indiferencia o impaciencia mucho menos lo notaremos, no se trata de ser conformistas, sólo de ser realistas dándole el justo valor y tenor a cada situación. En ese momento nos daremos cuenta que avanzamos y mucho, sólo que en ocasiones resaltamos lo negativo e invisibilizamos lo positivo.
Aún en estos días tristes y duros para muchos y muchas, siempre habrá algo porque sonreír, alguien por quien suspirar, algo hermoso que recordar, siempre habrá un hermoso amanecer para meditar o un atardecer para soñar...
Tú que luchas día a día por tus hijos, nietos, por ti o por tú patria, tú que día a día vences tus temores y te enfrentas a preocupaciones, no digas jamás que no avanzas.
Todo tiene su tiempo y momento, sólo trabaja y enfócate en lo que deseas y veras los resultados, si sólo te quejas y esperas que otros hagan por ti lo que tú deseas, allí sumido o sumida en tus frustraciones permanecerás y realmente, no avanzarás.
¿Entonces qué hacer?
Pues se irreverente y con la injusticia inclemente, se tú mismo o misma, sin miedo al que dirán o que pensarán, que los prejuicios de la sociedad no limiten tú andar, hay mucho por que reclamar y pelear, pero también hay mucho apoyo y amor para dar.
El amor lo cura todo, lo salva todo, reconforta y nos da la fuerza para precisamente observar los detalles que en ocasiones se nos escapan y nos hacen pensar que sólo el mal reina y que no hay futuro ni motivos para continuar.
¡Recuerda siempre, los detalles hacen la diferencia!
Si no miras los detalles, las sombras de lo negativo te cubrirán, Tú mismo o misma no permitirás que la luz que te mereces llegue hasta ti. Si por el contrario miras los detalles que cada segundo luchan por alegrarte y reivindicarte, siempre tendrás la luz de la esperanza y la llama del emprendimiento en tú corazón.
Eso se logra con algo clave, eso es la actitud...
La actitud lo es todo en la vida, de ella depende si eres una persona amargada y negativa o alguien feliz, proactivo (a) y útil a la sociedad.
Mira la sonrisa de tú hijo o nieto, disfruta de cómo te recibe tú perro al llegar a casa, siente la frescura del rocío mañanero, el suave olor de las flores o el sonido de la lluvia al caer, date el permiso para sentir y vivir, así mismo sácate lo que te moleste, no permitas que esté en ti.
No alimentes lo malo con egoísmo, envidia y ese miedo a lo desconocido que aliena y te hace renegar de lo que quizás sea la puerta a tú emancipación.
Insisto, date el permiso para vivir, conocer, sentir y no prejuzgar o criticar, la vida es mucho más que el aquí y el ahora. Está hecha para quienes se atreven a vivirla y no para quienes sólo reniegan de ella y de su suerte.
El destino no está prefabricado, cada quien labra el suyo con sus acciones y omisiones...
La suerte al igual que las casualidades no existen. Lo que si existe son las causalidades, por eso todo tiene su porque, todo es causa y efecto como la ley de la acción y reacción.
Quienes sanan de enfermedades graves, quienes son exitosos (a) en el amor, quienes viven cómodamente sin ser esclavos del consumismo y materialismo, quienes al llegar su momento mueren en paz. Es porque así lo decidieron y trabajaron para eso.
Nada de lo anterior ocurre por casualidad o por suerte...
Atrévete a ser tú mismo o misma, date el permiso a vivir y soñar, veraz que el mundo no es lo que parece y aunque existan miles de motivos para protestar, luchar y pelear. Siempre habrá un momento para aunque sea muy íntimamente puedas sentir que la vida si vale la pena.
Un abrazo donde sea que estés y recuerda: ¡Atrévete!
Si te atreves sentirás
Al cerrar los ojos volarás