miércoles, 23 de diciembre de 2020

NAVIDAD...

 


Por muchos deseada...

Por otros rechazada...

Pero jamás ignorada... 

Son los días de reconciliación y abrazo en familia, entre amigos, compañeros y luchadores (a)...

Es la escusa perfecta para la unión y estrechar lazos de hermandad inclusive entre los no creyentes que al fin y al cabo igual comparten, sueñan, desean, disfrutan y sufren según sea el caso en nuestra atribulada y asediada pero siempre orgullosa y gloriosa Patria Grande e inclusive más allá. 

Este año, aunque muchos dirán que evidentemente fue negativo por la pandemia e infinidad de hechos públicos, notorios y comunicacionales que ensombrecieron e incluso enlutaron familias, poblaciones y naciones, el balance es positivo. 

Lamentablemente nadie aprende por experiencia ajena, muchos miran la paja en el ojo ajeno pero no miran ni sienten la propia, otros se alarman porque ven arder el árbol, que tienen al lado, sin percatarse que la pradera entera arde trágica y dolorosamente. 

Obviamente éste fue un año muy duro, cruel y difícil, aún faltan unos cuantos días para que termine por lo que no podemos afirmar que ya no sucederá nada más, bueno o malo, pero debemos tener claro que es en medio de las dificultades que se depura el espíritu humano, se caen las caretas y nos conocemos realmente. 

Es muy fácil y divertido sentirse fuerte, poderoso y victorioso en medio de la abundancia y los tiempos felices, durante las épocas como la del año actual es cuando aprendemos a ser fuertes, valorar lo que tenemos y a quien tenemos, fortaleciendo el espíritu combativo, demostrando lo humanos, solidarios y conscientes que podemos ser,  sobre todo en medio de las vicisitudes de la realidad actual.

Muchos y muchas perdieron la batalla quedando en el camino y cambiando de paisaje, entre ellos todos tenemos algún familiar, amigos, líderes, héroes e infinidad de anónimos que son los que más duelen, la mayoría por causas "naturales" como la pandemia y otros por causas nada "naturales" pero si materiales como el capitalismo y el fascismo. 

Este año hubo muchas decepciones, dolores, sinsabores, pues bienvenidos, porque nos sirven para depurar quereres, convicciones y deslastrarnos de lo que nos hace daño e impide proseguir con paso firme nuestro avance en el sendero lleno de espinas, serpientes y precipicios que nos conducirán a la felicidad de nuestros pueblos y mundo.

En ese sentido, este año tenebroso fue positivo. 

Muchas caretas cayeron, muchos y muchas personas alienadas, desorientadas, resignadas y envenenadas con odio, comprendieron por experiencia propia donde está en bien y donde el mal, quien los y las apoya y quien las utiliza, lamentablemente aprendieron a través de experiencias dolorosas y desagradables, pero como afirme anteriormente, nadie aprende por experiencia ajena. 

El mundo hoy, es mejor que ayer, pero mañana  no será mejor que hoy, si no está en cada uno o una de nosotros moldearlo con lo mejor de nuestras experiencias, deseos  y corazones, siendo firmes e implacables cuando se trate de hacer justicia defendiendo las causas justas sin perder el amor y la humanidad que nuestras convicciones nos dicten. 

Lamentablemente, aún no se ve claro el horizonte y continuaremos el próximo año atravesando está tormenta que lejos de amedrentarnos y desanimarnos, nos ha unido y fortalecido para ser mejores seres humanos. 

Si deseamos llevar nuestra embarcación a buen puerto y no zozobrar en medio de la tormenta de odios e intereses que atravesamos actualmente, el próximo año debe encontrarnos más unidos que nunca; mujeres y hombres, religiosos y ateos, revolucionarios y no revolucionarios, porque aún no llegamos al ojo de la tormenta y su dudamos, zozobraremos hundiéndonos en el inframundo donde los ególatras, cobardes y egoístas comparten el mismo destino. 

El repunte de la pandemia es inevitable porque igualmente es inevitable la inconciencia de quienes dan prioridad a lo material sobre lo humano, en ese sentido observaremos como el vomitivo accionar del mercantilismo que promueve el capitalismo,  juega con las vacunas anti Covid 19 para beneficiar a unos pocos oportunistas-depredadores a quienes solo sus intereses importan.

La política internacional no cambiará con Trump fuera del poder. Solo habrán cambios "cosméticos" para ocultar la horrible cara del imperialismo en este sentido estaremos inclusive más en riesgo que con Trump, quien siempre fue predecible y manejable por quienes realmente ejercen el poder internacional ---entiéndase las transnacionales y el sionismo---.

No me extenderé en mis reflexiones siempre humildes pero reales y firmes como mis convicciones Revolucionarias. Solo me resta agradecer a todas y todos por tanto y tanto, el mundo no está peor gracias a que existen ustedes y en ocasiones sin saberlo con un Like o un Rt aquí, golpean a los injustos y malvados con la fuerza de un cañón. 

Recuerden que ésta guerra es comunicacional,  si hay algo que le hace un terrible daño a nuestros enemigos es vernos unidos, felices y con la moral en alto, siempre dispuestos para la batalla. 

Batallas que nos llevarán a victorias como las el pueblo  boliviano que venció una vez más al fascismo, la victoria de las admiradas y queridas compañeras argentinas respecto al aborto legal y la recién ganada batalla electoral por la Asamblea Nacional aquí, en la patria de Bolívar y Chávez, donde el pueblo demostró una vez más su dignidad y amor patrio. 

Nuevos retos, ¡sobrarán! 

En el campo de las ideas nos encontraremos para innovar, crear y vencer la injusticia y el oprobio que siempre se ensaña contra los más débiles y vulnerables. 

¡Por eso les pido que vivan carajo!

¡Sean Felices!

¡Sean ustedes mismos y mismas!

¡No permitan que nada ni nadie maneje sus vidas! 

¡Nada más desconcertante y doloroso para quienes se alimentan del odio y la maldad que vernos felices y listos para la batalla! 

Una vez más parafraseando a mis amigas argentinas, les reitero: 

¡El odio jamás vencerá al amor!

¡Pues amemos intensamente sin tabúes ni temores! 

¡Para eso estamos en éste mundo!

La noche de navidad en silencio pero con mi corazón latiendo cual caballo desbocado, alzaré mi copa y brindaré por cada uno y una de ustedes,  porque: ¡Son humanidad! 

¡Gracias por ser y estar!

¡Son más importantes de lo que imaginan!

¡Feliz Navidad!


David C.  

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