sábado, 15 de febrero de 2020

C v/s C





La actualidad mundial ha llevado al límite todos los procesos naturales o creados que hacen la vida viable en nuestro hermoso planeta azul. 

Ya el tema para la amplia mayoría de los seres vivos, humanos o no que habitan nuestro planeta, se refiere a cómo y de qué manera lograr sobrevivir. Atrás quedaron los verbos vivir, disfrutar o relajarse. 

En realidad, la vida siempre fue un eterno desafío contra dificultades y vicisitudes que de una manera u otra eran paulatinamente solventadas, en la actualidad es diferente y las posibilidades de solventar el día a día son cada vez más escasas. 

El desarrollo tecnológico, la sobrepoblación, las ansias de poder y el egoísmo de algunos que se creen "superiores", se han confabulado para que la vida en nuestro hermoso planeta azul sea cada vez más difícil y riesgosa; observamos cada día cómo se deteriora el ambiente, mientras los que pueden coadyuvar para detener dicho proceso no hacen nada para evitarlo. 

Las ansias de poder son directamente proporcionales al desarrollo tecnológico que sólo busca el control total mediante tecnologías militares que luego de ser catalogadas como obsoletas, migran al ámbito civil y son presentadas públicamente como lo último en tecnología y desarrollo humano.

La sobrepoblación es la leña que alimenta el fuego del odio entre resentidos, egoístas y xenófobos, convencidos de que el mundo les pertenece y que los diferentes a ellos deben desaparecer o existir para servirles, jamás para compartir lo que nos pertenece a todos. 

La teoría evolutiva de Charles Darwin con su famosa frase "supervivencia del más apto" ha sido tergiversada y prostituida por el capitalismo y el neoliberalismo que apalanca mundialmente la oprobiosa realidad que sufrimos las grandes mayorías. 

Realidad en la que el "dios dinero", quita y pone, da vida y decide quien muere, obnubila mentes, corazones y conciencias porque el consumismo, el individualismo y los vicios propios del capitalismo se han impuesto en la psique de millones que ya no miran a su vecino como alguien con quien compartir y cooperar para crecer juntos, sino, como un enemigo a quien hay que vencer para no compartir,  y  así,  acumular cada día más poder, beneficios o espacio, entre otros aspectos "deseables" de la actualidad. 

Esa es la esencia de este humilde artículo al que titule; C v/s C. 

Cooperación versus Competición.

En la actualidad, todo está basado en la competencia, sea desleal o no, pero competencia al fin, persigue la destrucción del hombre por el hombre, para que solo el más "apto" prevalezca. Es de hacer notar que dicha premisa es una de las bases ideológicas del capitalismo. 

La cooperación es vista como un signo de debilidad de quienes ante su incapacidad de aplastar al contrario, deben asociarse y trabajar unidos para alcanzar una meta u objetivo. Dicha visión es promocionada por las redes sociales y medios publicitarios afines al capitalismo. 

En el pasado existieron dos especies de seres que precedieron al ser humano actual, una fue el hombre de Cromañón y la otra el hombre de Neandertal. El ser humano actual es descendiente directo del hombre de Cromañón, el hombre de Neandertal no evoluciono y se extinguió.

Una de las características básicas del hombre de Cromañón es que vivía en comunidades de hasta mil individuos, donde compartían de manera comunitaria cooperando para protegerse y ayudarse.

El hombre de Neandertal era cazador, individualista, no vivía en comunidades, solo en pequeñas familias aisladas e inclusive incurrió en canibalismo cuando se topaba con semejantes que no pertenecían a su familia.

Esta pequeña reseña histórica es traída a colación para ilustrar lo que nos podría suceder si continuamos por el camino individualista y competitivo del capitalismo, solo que podría ser en un periodo de tiempo inmensamente más corto que el utilizado por la raza Neandertal, porque nuestros medios para destruir y hacer daño no tienen punto de comparación con los que ellos pudieron disponer.

Para bien o para mal, estamos al menos por ahora "condenados" a vivir en este aún hermoso y agradable espacio al que identificamos como hogar y llamamos tierra. Su espacio es finito al igual que su capacidad para generar vida. Los seres humanos nos hemos dedicado a limitar dicha capacidad con la explotación desconsiderada y abusiva de sus recursos.

Si no cooperamos, muy a pesar de jactarnos de ser superinteligentes y poseedores del cerebro más evolucionado de la historia, tendremos el mismo destino de los hombres de Neandertal...

Quienes tienen la posibilidad de cambiar el destino de la humanidad, apuestan por la competencia en detrimento de la cooperación.

Valdría la pena reflexionar y determinar el ¿para qué? o el ¿por qué? se promueve la competencia y no la cooperación.

Quienes no comprenden que vivimos en un único planeta y que somos una sola raza, dependiente de un mismo ecosistema y por tanto lo que le suceda a unos pocos o muchos, les podrá suceder a todos. Igualmente, no comprenden que vivimos en una misma "pecera" y que el destino de algunos puede ser el destino de todos. Allí está el ejemplo del Coronavirus o Covid-19 como se le denomina actualmente. El mismo no afecta solo a pobres, está en el aire y puede infectar a un indigente, pero también a la reina de Inglaterra.

Quizás si existiese otro planeta habitable, las élites supremacistas que desean el poder absoluto pudiesen darse el "lujo" de descuidar nuestro planeta, explotarlo, utilizarlo y hasta condenarnos a las grandes mayorías a vivir en el. Pero lamentablemente para ellos, este planeta también los sustenta, y por tanto, deben protegerlo,  y la única forma es cooperando.

Los impulsores del neoliberalismo y el capitalismo no tienen otra opción que no sea tragarse su xenofobia, su egoísmo y odio de clase que los lleva a renegar y atacar todo lo que no se parezca o actúe como ellos y sus élites.

Increíblemente quienes se dicen más desarrollados e "inteligentes" son quienes más contaminan y depredan nuestro sufrido planeta, la irracionalidad que les inocula su pensamiento capitalista-burgués no les permite inferir que la sobre explotación de los recursos naturales y el envenenamiento de los ecosistemas con productos químicos para hacerlos más "productivos" ya está afectando a Tirios y Troyanos.

Sin cooperación sencillamente no habrá mañana, y la cooperación no está precisamente en el modelo neoliberal que tanto promocionan los países que se dicen así mismos "desarrollados". Quizás "desarrollados" para dañar y crear el caos mundial.

Duélale a quien le duela, solo en socialismo hay y habrá cooperación y salvación para una vida digna, en este hermoso planeta azul al que llamamos tierra y que es nuestro hogar.

¡Un abrazo donde sea que se encuentren!

Piénsenlo  y saquen sus conclusiones... 



David C.

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