Es lo menos que podemos sentir...
La inquietud está en el aire...
La falta de certeza en el presente y futuro nos agobia...
Es la incertidumbre, luego de casi superada la pandemia, la que nos abate lentamente, porque los tambores de guerra suenan cada día con más fuerza a nivel mundial.
Las ansias de poder de algunos, puede más que los sentimientos de humanidad y concordia que deben prevalecer en nuestro amado pero maltratado planeta.
Europa va camino a una devastadora crisis económica y humanitaria, ante la crisis energética que se vislumbra en el futuro inmediato debido a la guerra en Ucrania, obviamente dicha crisis, si no es evitada a tiempo, tendrá repercusiones globales.
Se impone la unidad de los pueblos dignos y libres para soportar los mal llamados "daños colaterales" que pueda traer esta crisis que ojalá, no se convierte en la tan temida tercera guerra mundial.
El "ajedrez" político internacional se mueve lenta, pero implacablemente, las decisiones están en manos de los líderes mundiales y las transnacionales que deciden lo bueno y lo malo en la actualidad.
Un nuevo modelo político-económico está por surgir o al menos es lo que parece y ningún cambio, sea para bien o para mal, surge sin alguna crisis.
Este escrito no busca alarmar, neurotizar o sembrar temores, solo es un llamado a que trabajemos con más amor y unidad por nuestros pueblos que solo desean vivir en paz y con dignidad.
Un abrazo y revisen muy bien las fuentes noticiosas porque en toda crisis y guerra la primera víctima es la verdad, no permitan que los manipulen con noticias falsas.
Un abrazo donde sea que se encuentren.
David C.