viernes, 13 de octubre de 2023

ELECCIONES

 


Tiempos de borrascas... 

De intrigas e infamias... 

Hasta el clima se siente extraño, ajeno a lo normal... 

Una vez más todo es causado por el hombre, o quizás debamos decir, que todo es dañado por el hombre.... 

Quizás sea cierto, quizás no, pero lo real es que todo podría mejorar a nivel mundial si no fuésemos tan egoístas, tan individualistas, tan consumistas y faltos de empatía con los que sufren. 

Actualmente, vemos la impunidad en su máxima expresión y lo que el poder es capaz de hacer cuando es ejercido por seres sin escrúpulos y faltos del más pequeño viso de humanidad. 

Allí está el fascismo convertido en nazismo que se instaló en Ucrania y el genocidio Palestino que ejerce desde hace mucho tiempo y no desde ahorita el sionismo, por decir, lo más visible entre tantas tragedias actuales. 

El cambio climático no escapa a este maremágnum de acontecimientos globales donde la mano destructora del hombre ha tenido relevancia primordial, promoviendo la explotación indiscriminada de recursos naturales en pos del lucro desesperado y exacerbado.

La xenofobia y el odio de clase es cada vez más popular, apalancado y alimentado por las redes sociales que viralizan conductas y actitudes, modelando el día a día de millones que no se dan cuenta como subliminalmente les cambian la personalidad y forma de ser, convirtiéndolos en seres despreciables. 

El culto a lo superfluo y el consumismo, invisibilizan todo lo humano y natural, así como sentimientos de solidaridad y empatía, promoviendo la destrucción del hombre por el hombre.  

En la actualidad, si tienes poder económico, tienes poder político y por ende derechos a todo nivel, pero si eres un desvalido, vulnerable o económicamente insolvente, quizás tu único derecho sea el de no existir. 

En muchos ámbitos se relaciona a las personas de bien con las que tienen mejor nivel económico y las que no lo tienen forman parte del "lumpen" que debe ser execrado por inútil e improductivo.  

Esto ocurre a nivel de individualidades y a nivel de naciones y hasta regiones que por ser ricas en recursos económicos pueden someter a otras que no lo son y por ende decidir que es lo bueno y lo malo a nivel global. 

Las ideas de quienes se autoproclaman "liberales" o de derecha extrema se resumen en las reflexiones antes expuestas. Dichas ideas son patrocinadas, divulgadas y viralizadas sin el menor pudor ante los grandes medios de comunicación, publicitarios y redes sociales. 

Para muchos, solo existe un dios y ese es el dinero... 

Según "ellos" si lo tienes eres poderoso y por ende feliz, haciendo lo que te dé la real gana y si no lo tienes, tu único derecho es el de desaparecer y, sino en el mejor de los casos, tienes derecho a servir a quienes sí tienen poder económico. 

¿Puede alguien apoyar esto?

¿Puede alguien privilegiar el consumismo sobre el humanismo? 

¿Puede alguien mirar a otro lado mientras un niño llora por hambre? 

¿La defensa de la propiedad privada será más importante que la felicidad colectiva?

¿El poder económico, por sí solo,  hace mejor a las personas? 

¿Se puede imponer el derecho de unos pocos sobre el derecho de millones? 

¿La ambición por el poder puede ser más fuerte que el amor por la patria? 

¿El amor, la inteligencia, la paz y la felicidad son comprables? 

¿Alguien puede ser feliz sabiendo que su bienestar costo el martirio de miles o millones?

Son preguntas que les dejo para la reflexión...

Pronto habrá elecciones, tú tienes el poder de que todo cambie para bien o para mal, si eres de buen corazón sabrás, comprenderás e internalizarás que realmente "la patria es el otro" y que la línea que separa el camino a la prosperidad del camino al abismo es muy delgada. 

Solo tú puedes decidir... 

Nunca lo realmente bueno se obtuvo fácil, seguramente muchos sacrificios habrá que hacer, pero la felicidad colectiva y la soberanía de toda una nación bien lo valen.

No te diré que hacer, pero si eres inteligente como lo crees ser, tu propia conciencia te dirá como proceder...   

Un abrazo, aún hay tiempo para la reflexión y el cambio de actitud en pos de la felicidad no de unos pocos, sino de todos y todas. 


David C.

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