Tiempos de oscuridad...
De ignominia y maldad...
En los que la mentira y la manipulación, son mirados como una bendición...
En realidad, siempre fue así...
La actualidad se muestra diferente porque gracias a la tecnología, las mentiras y manipulaciones pueden ser desmontadas. La batalla comunicacional está en pleno desarrollo, inclusive con más intensidad que la batalla en el terreno convencional.
Muy lamentablemente, los muertos en el terreno no influirán en el desenlace de las disputas que actualmente se libran a nivel internacional.
Es el plano comunicacional, el que decidirá el destino de la humanidad.
Lo que se cree y lo que no se cree, lo que genera dudas y lo que genera certezas, será lo que definirá apoyos, traiciones, sumisiones y rebeliones, además de las más variadas y disimiles alianzas.
La clásica lucha entre el bien y el mal, nos muestra su más depurada fase (por siniestra e injusta), agregándose el peligro real de que cualquier día puede ser el último no de un pueblo o nación, sino de la humanidad por el poder destructivo alcanzado y que poseen las partes en disputa.
Estamos en un punto de no retorno, llegamos al momento de las definiciones, donde ya no hay espacio para la hipocresía, las mascaras para ocultar los horribles rostros de quienes se creen con poder sobre el bien y el mal, ya no tienen razón de ser.
Todo está a la vista, está en usted el ver o no ver, el estar del lado de la luz o del lado de la oscuridad.
Diariamente, se desmontan Fake News, diariamente se pone en evidencia la mentira y la maldad, está en usted el observar, meditar y reaccionar.
No hay espacio para inocencias, quien se hace eco de noticias falsas, también tiene la oportunidad de hacerse eco de la verdad, pero por ideología, odio de clase, racismo o simplemente fascismo no lo hace y prefiere apoyar la ignominia y maldad, aún sabiendo que en algún momento esa misma maldad los arrasará cual Tsunami.
La disyuntiva está entre un mundo unipolar y un mundo pluripolar y multicéntrico, entre el nazismo que se mimetiza con el fascismo en contra de la libertad de conciencia y albedrío que permitirá vivir a cada quien como lo desee, siempre que respete el derecho ajeno que es el mismo que lo asiste a él.
El mundo es inviable en medio del paradigma que promueve el egoísmo, basado en el capitalismo con sus rémoras de conservadurismo y religiosidad tergiversada.
Se impone un mundo donde impere la solidaridad, la interdependencia y el respeto al derecho ajeno, donde el amor y la protección al medio ambiente sean el alfa y el omega.
La lucha en los diferentes frentes que hoy observamos a nivel planetario se basa en el pujo entre estas dos tendencias. Entre el fascismo y la libertad para vivir con dignidad en un mundo donde la felicidad no esté reservada para unos pocos, sino para toda la humanidad, sin distingo de ningún tipo.
Les insisto y disculpen la vehemencia: ¡No hay espacio para inocencias, indiferencias o inconsciencias!
¡Solo usted puede decidir de que lado está, ojalá sea del lado de la luz!
¡Un abrazo a todas y todos!
David C.
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